miércoles, 11 de agosto de 2010

El Caos (Sobre La Guardia Blanca).



Primero hay un cierto régimen, siempre hay algo antes. Luego tenemos algún tipo de revolución que pelea contra ciertos aspectos del anterior régimen. La revolución dura un cierto tiempo donde puede imponerse o caer derrotado por el enorme peso de lo que quiere destruir. Pero ahí ya tenemos una guerra civil, una guerra entre hermanos que luchan algunos por lo que era el antiguo régimen y otros por lo que quieren imponer. La revolución siempre dura menos que la guerra que la sigue.

Para hacer un análisis más corto se puede tomar como epicentro una ciudad. También se puede achicar todo al intentar ver todo lo que pasa en esa ciudad desde el punto de vista de una familia. Y ahí se puede ver –leer- todos los movimientos, las idas y vueltas de una guerra civil. Algo así es lo que hizo Mijaíl Bulgákov en La Guardia Blanca (1922-24). Tomando la ciudad ucraniana de Kiev –la primera ciudad rusa, como se repite tantas veces a lo largo del texto, tal vez por el Rus de Kiev- y la familia Turbin. Ahí se leen los avatares de los primeros momentos de la guerra civil rusa.

El libro tiene como protagonistas principales a personajes blancos –eran parte del movimiento contrarrevolucionario zarista que había aparecido luego de la toma del poder por parte de los bolcheviques-, así como el autor que era médico en el mismo ejército. Alekséi Turbin era medico y zarista:


- Yo –dijo Turbin, moviendo la cabeza-, desgraciadamente, no soy socialista, sino monárquico y le debo decir que, incluso, no soporto la palabra socialista. Y de todos los socialistas, más que a nadie, odio a Alejandro Fedórovich Kerenski.

Página 87.



También están la hermana del personaje principal, que se llama Elena, que está casada con un militar que la deja para ir a buscar los ejércitos de Denikin en la zona del Río Don. El hermano menor se llama Nikolka, que a su vez es parte del ejército blanco. Todos ellos se alistan para defender a la ciudad de Kiev de los nacionalistas ucranianos conducidos por Petliura.

En el libro se lee más que nada el caos que generó la revolución rusa de 1917, porque en el libro se mezclan los socialistas, los blancos y los nacionalistas ucranianos que van en busca de la capital del país. También es difícil de entender qué Estado Mayor militar queda en la ciudad, ya que en ella se había constituido un Atamán que era el máximo poder. Este es un término cosaco que significa el líder.

La novela sigue los pasos de estos hermanos durante los agitados días en que el ejército nacionalista viene y toma la ciudad. El caos se abate sobre las páginas ya que todos tienen miedo y muchos saben que el intento de defender la ciudad es una causa perdida. La única muestra de heroísmo que se nos muestra en la novela la tiene un oficial Nai-Turs:


- ¿Cómo murió?

- Murió –respondió Nikolka con su mejor tono de voz-, murió como un héroe… un verdadero horror. En el último momento ordenó a los cadetes a escapar, justo a tiempo, y él mismo cubrió su retirada, disparando –Nikolka comenzó a llorar-. Caímos bajo el fuego de una ametralladora y a mí casi me matan –Nikolka lloraba y contaba al mismo tiempo-. Nos quedamos nosotros dos solos y él me insultaba para que yo me fuera y disparaba la ametralladora. Sorpresivamente nos tendieron una emboscada y por todas partes llegó la caballería. Por todas partes.

Página 240



La narración es más que nada los días que dura el intento de defensa de la ciudad y la toma por parte de los ejércitos nacionalistas. Los bolcheviques son una lejana sombra que también pesa sobre las cabezas de los habitantes de la ciudad. Pero su principal temor era a Petliura, al que se lo nombra en toda la novela pero nadie nunca sabe bien dónde está, qué quiere. Este es el personaje fantasma ya que está mencionado en todas partes pero nunca se lo ve. Hasta cuando sus efectivos hacen la celebración de la toma de Kiev, los habitantes de la esta, llevados quizá por el deseo de verlo, saber cómo era, en turba lo busca y lo confunden con muchos oficiales. Es la sombra negra, es el fantasma que se asomaba contra Kiev, que la cubre pero que nunca se lo ve.

Pero las acciones son vistas más que nada por los Turbin y por sus amigos más cercanos, que todos están bajo el control del Atamán y del Estado mayor. Ellos se alistan en el ejercito de que va a proteger la ciudad, y si lo logran intentarán la marcha hacía Moscú (En algún momento al principio de la novela se habla de esto). Pero a su vez hay que saber que Ucrania está tomada por Alemania, por la Primera Guerra Mundial, que está en retirada de esa zona. Al principio los habitantes de la ciudad esperan que los proteja el ejército Alemán y depositan sus esperanzas en ello.

La ciudad es un caos. El libro es bastante caótico, mezclando los sonidos de las turbas y las personas al costado a los diálogos. Hay poemas y recitados que aparecen y desparecen, y es un libro coral, lo que hace que los personajes aparezcan y desaparezcan perdidos en el caos que era la ciudad en los momentos de la guerra civil.

Las figuras de los zares y de todos los símbolos zaristas del pasado aparecen en cuadros, en canciones y en el dinero. Ese es el poder que se derrumba y que muchos, como los Turbin quisieran que todavía estén.

Nos cuenta la vida en unos días de estos personajes, sus pensamientos y lo que ven durante la toma de Kiev. Es el momento de tomar decisiones, allí están los personajes aferrados al viejo régimen que retumba por los ecos de la revolución en Moscú y San Petersburgo –las capitales del Imperio-. Y está su vida, su pelea contra los nacionalistas y lo que les pasa a ellos, afectivamente y físicamente. Una familia se puede destruir durante una guerra o, milagrosamente, salir ilesa en todos sus integrantes. Y allí están los Turbin, fervientes creyentes de la monarquía a principios del Siglo XX donde sólo tener el cuadro de Alejandro I en su casa podría llegar a traerle consecuencias importantes.

La novela narra el caos sin heroísmo, sin moraleja, sin realismo socialista, sin juicios de moral del narrador. El régimen soviético prohibió a Bulgakov por esta novela y por Margarita y el Profesor, novelas que se pasaban de mano en mano como “samizdat”. Y aquí tenemos un personaje principal, y muchos secundarios que son blancos.

La novela narra el caos, narra el desgobierno de una revolución, como dice un personaje (que no es blanco: “(…) créame, nunca estuve a favor del antiguo régimen (…)”) luego que “revolucionarios” le hayan robado en la casa y casi matado:


(…) Aquí, en Rusia, en este país, sin dudas el más atrasado, la revolución se ha convertido en un caos… (…)

Página 219.


Pero la novela no termina donde termina, porque luego de tomada por los ucranianos y con sus banderas amarillas y azules, luego vienen los bolcheviques que se ven a todo momento en la narración como el fantasma más lejano, contra los que va a haber que luchar luego. El caos hace que una ciudad tomada por Alemania, luche al mismo tiempo contra los nacionalistas y con un ojo abierto mirando el horizonte porque saben que por el Dnieper, van a aparecer los Bolcheviques con sus banderas rojas, y todo va a volver a suceder.


(…) Sí, Chervinski lo ha dicho, llevan estrellas rojas en los gorros. ¿Volverá el horror a la Ciudad?... Probablemente sí… Bueno, esta noche. Es posible que sus convoyes ya estén en las calles…

Página 252.





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