domingo, 15 de agosto de 2010

Los Iguales.

Hay un momento crucial en la novela Vida y Destino de Vasili Grossman donde creo que se demuestra la idea –el alma del libro- que hay detrás de las más de mil paginas. Este se da alrededor del medio del libro, cuando un bolcheviques creyente se encuentra con el representante de la SD del campo de concentración alemán donde está preso durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque cosas muchas –demasiadas historias giran alrededor de la principal- cosas pasan en todos los costados; la novela narra –principalmente- la batalla de Stalingrado, que es el momento decisivo de la Segunda Guerra Mundial (quizá hasta más crucial que la “Operación Overload” con su desembarco en Normandia incluido). Esta batalla es el momento en que por primera vez algún ejército pudo detener el avance alemán. Cuando se empieza con la novela ya entramos en una ciudad devastada, derruida y en penumbras. Los rusos estaban escondidos a las orillas del río Volga y los alemanes controlaban casi la totalidad de la ciudad sitiada.

Siempre se la compara con la Obra de Lev Tolstoi, y así como en Guerra y Paz, nos encontramos con una familia desperdigada por toda el Rusia en guerra, en varias ciudades y varios frentes distintos con diferentes situaciones y privilegios. En la obra de Grossman se nos muestra la gente que sufre en el campo de batalla, los que están en Kazán porque tuvieron que abandonar, la también sitiada, Moscú; grupos de tanquistas en el Caúcaso, físicos, presos y, unos pocos alemanes.

El avance alemán llegó hasta Leningrado –San Petersburgo- en el norte. Hasta las cercanías de Moscú, llegando a sitiar la capital de la Unión Sovietica –Napoleon tomó la ciudad y Tolstoi describe la entrada del Grande Armee en la ciudad y su posterior salida; todo era parte del plan del General Kutusov-. Luego, por la necesidad de petróleo para poder continuar con el avance, la Alemania Nazi puso su mirada al sur, en la zona del Caucaso, donde estaban los recursos económicos más preciados. El punto estratégico era toda la zona del río Volga y la del río Don. Sobre una margen del primer río se encuentra la ciudad de Stalingrado (Que adquiere su nombre porque en la Revolución Rusa Stalin con el ejercito Rojo la reconquistó del Imperial Ejercito Blanco).

Los nazis ponen el foco sobre esa ciudad, siendo el punto estratégico para su entrada al Golfo Pérsico; pero ahí es donde todo el avance se frena. Hitler pensaba que la resistencia iba a ser poca y ni siquiera hace planes para el invierno ruso, que a la postre fue uno de los más duros. Tal vez por el nombre de la ciudad pero allí parece ser que la guerra se torna personal entre Hitler y Stalin, como dicen varios personajes en la novela.

La batalla ruge durante todas las mil cien páginas. Si no es de forma directa, siempre está ahí atrás haciendo ruido, dónde se ponen los ojos, con los sonidos de las muertes y los fusiles. Los personajes mueren de repente, sin aviso, como debe pasar en la guerra, en un capitulo están vivos, amando, tomando y emborrachándose, y al próximo asistimos a su muerte. A algunos los aprendemos a conocer mucho, de otros casi nada sabemos.

Se habla bastante de la política de “ni un paso atrás”, donde a los soldados del Ejercito Rojo que retrocedían los fusilaban los soldados políticos del régimen, está era orden personal de Stalin y se hacía en su nombre. Entre la amalgama de personajes están los que creen fervientemente en el proceso revolucionario y los que tienen sus dudas y reparos, aunque muchas veces tengan miedo de hablarlo. Porque en la novela, todo está dicho en susurros. Los personajes no dicen lo que piensan sobre la guerra, sobre Stalin; y cuando lo dicen, piensan mucho en las posibles consecuencias.

También asistimos al antisemitismo que había en la Unión Soviética en esa época. Uno de los personajes principales, judío, por primera vez se piensa a sí mismo de esa forma; varios personajes empiezan a notar que los ucranianos o rusos hablan sobre ellos y los cuestionan por ser así. Asistimos así también a una desgarradora escena donde ciudadanos soviéticos judíos mueren en la cámara de gas de un Lager alemán.

Y así nos vamos dando cuenta de la idea. El punto es que en la ciudad de Stalingrado (Antes era Tsaritsyn y desde el proceso de desestalinación se llama Volgogrado) chocan dos fuerzas que son iguales. El concepto es mostrarnos cómo en esa batalla en especial chocan dos regímenes similares, con idea de Partido y campos de concentración para sus opositores políticos (U otros fines). Grossman quiere mostrar que tanto Stalin como Hitler eran muy parecidos y que los Estados que manejaban con puño de hierro eran similares.

En el medio de la novela el Obersturmbannführer Liss le dice al bolchevique Mostovskói, uno de los fundadores del partido, esto:


“¡Dos polos! ¡Eso es! Si no fuera así, esta terrible guerra no existiría. Nosotros somos sus enemigos mortales, sí. Pero nuestra victoria será su victoria. ¿Lo comprende? Si ustedes ganan, nosotros moriremos y viviremos en vuestra victoria. Es algo paradójico: si perdemos la guerra, seremos los vencedores, continuaremos desarrollándonos bajo otra forma, pero conservando la misma esencia.”

Vida y Destino, Vasilli Grossman, página 504.


El ruso cree que el nazi quiere jugar con su cabeza para sacarle información – cualquiera que sea – pero el nazi sólo quiere su información para escribir un libro sobre sociología. La teoría de Liss, explícita, es que los dos regímenes son lo mismo: Que tienen los mismos campos de concentración, la misma política de partido. Un líder que los lleva para delante y que se hace – hasta con temor – lo que ese líder quiere, el nombre puede ser Hitler como puede ser Stalin, da igual.

Stalingrado es el momento en donde las dos fuerzas iguales chocan con mayor fuerza. El sitio de la ciudad, deja de ser un lugar estratégico donde millones de almas pelearon por la grandeza de un Estado, en el cual podían creer o no. Esa batalla es el ego de los dos dictadores, la cuestión es personal. Es entre Hitler y Stalin, no entre los ejércitos. La batalla se torna personal entre los dos dictadores, sobre los que pesan sobre sus espaldas las miles de muertes por esa batalla, por esa guerra. Pero no es sólo en el Sitio de Stalingrado, tienen además el peso de las muertes en los Lagers o los GULAGs, donde en ese mismo momento morían opositores de ese estado –es bueno también ver lo poderoso del Estado soviético, ya que en el libro hay varios de los que están presos que realmente creen en el Partido, en el Estado, y que no tienen idea de porqué están allí, pero lo aceptan por la grandeza de ese mismo Estado.

La batalla se resuelve durante las páginas del libro. Entramos con la batalla comenzada y, quizás, en el momento más bajo de la resistencia soviética y nos vamos del libro con el final de la “Operación Urano” cuando los rusos logran rodear al 6° Ejercito Alemán del general Paulus –al cual Hitler lo asciende para que se suicide, ya que ningún Mariscal alemán antes de él se había rendido- y los que eran los sitiadores pasan a ser los sitiados. Es el momento en que un régimen deja de ser arrollador y pasa a la etapa defensiva, mientras el otro es la otra cara de la moneda. Pero siempre siendo la misma moneda.

Al final del libro se lee que, aunque los regímenes son lo mismo, sus momentos triunfales –su cresta de la ola- están en diferentes fases. Uno llegó a poder y creció rápidamente; al otro le costó más nacer y pero duró más tiempo. La novela muestra el momento en que un régimen le deja la posta al otro.

En esa misma conversación citada arriba, Liss le dice, y Esto no lo dije yo, al viejo bolchevique:


¿Cree que el mundo nos mira a nosotros con horror y a ustedes con amor y esperanza? Créame, quien ahora nos mira con horror a nosotros, también les mirará con horror a ustedes.

Vida y Destino, Vasili Grossman, página 508.


Y por detrás de la novela, también está la otra historia. La historia de cómo fue publicado el libro, de las prohibiciones y de cómo la KGB persiguió al autor. De cómo al régimen no le gustó leerse descrito en la Gran Guerra Patriótica. O quizá no le gustó verse en el espejo, y notarse igual que al régimen Nazi.


Vida y Destino.

Ed. Lumen.




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