martes, 6 de abril de 2010

Sobre Beckett.

Beckett. Samuel. Irlandés. Escribió en ingles, luego en francés. Otro irlandés exiliado, como Joyce. Ayudante de Joyce. Las leyendas dicen que la hija de Joyce estaba enamorado del secretario de su padre. Obra más famosa: Esperando a Godot. Una de las obras más representadas de la historia moderna del teatro. Texto hermoso. Mentía sobre la fecha de su cumpleaños.

Esos son algunos datos básicos que se me vienen a la mente del dramaturgo, escritor y cuentista. Ahora, en esa lista hay un dato que me olvido, y ese dato es que fue Nobel de literatura, no me acuerdo el año.

Hace poco he tenido una conversación sobre el tiempo en la obra de Samuel Beckett. Mi dialogante había leído un ensayo sobre ese tópico. Ella ha leído menos Beckett que yo.

Mis obras leídas de Beckett:


  1. Esperando a Godot (Teatro)
  2. Relatos (Cuentos, narraciones)
  3. Fin de Partida (Teatro)
  4. Mercier y Camier (Novela)
  5. Molloy (Novela)
  6. Malone Muere (Novela)
  7. Lo Innombrable (Novela)


Las últimas tres componen la llamada Trilogía de Beckett. En casi todas esas obras se encuentra por detrás el tema del tiempo. Pero el tiempo, creo, puede ser mal llamado tiempo. Ya que puede ser que en sus obras el tiempo no pasa. Creo que la mayor referencia temporal es en Godot que al finalizar el segundo acto, anochece, y en la didascalia del segundo acto creo que dice: la jornada siguiente o algo similar. El tiempo en Beckett es chicle.

Pero otro análisis interesante de su obra es el mundo. Se lo puede llamar mundo Beckett. Desde mi perspectiva, en todas las obras de ese autor que leí, todo lo que pasa puede pasar en un lugar cerrado. La trilogía habla de hechos, y habla de mundos cerrados. En Molloy, recuerdo, que la primera parte pasa en un cuarto cerrado y oscuro, donde el personaje cuenta lo que le paso en ese tiempo.

Mi análisis es que el mundo de Beckett es muy parecido al nuestro. Pero no es el nuestro. Ya que se usan las mismas palabras para denominar lo mismo, pero los personajes están en otro plano. Desde esperar a alguien que nunca aparece, hasta hablar de la nada misma. Muchos textos de ese autor irlandés, desde mi punto de vista son una forma de hablar de la nada. La nadería de hechos que recorren es muy basta, desde experiencias hasta sucesos; pero todo queda en el recuerdo como una baba. Es raro leerlo, siempre parece que formalmente es común, y luego uno va ahondando y se va dando cuenta que eso que se llama historia, no se encuentra entre lo que hay que buscar. Siempre los mundos son parecidos a los nuestros, hay casas, árboles, personas, paraguas y lluvia. Pero todo se ve desde otro punto de vista.

Es como si la visión del mundo fuese un calidoscopio. El mundo de el siempre esta girando, y siempre el ve otras visiones. Nosotros siempre vemos el mundo de una forma, siempre lo vemos desde nuestros anteojos y cuando leemos a Beckett (Como a otros autores) entramos en esas formas que reconocemos pero que no las podemos racionalizar como estamos acostumbrados. Eso genera, vos lees y lees el auto, lees el paraguas y lo ves, pero puede ser que el paraguas lo usen los días de sol y los días de lluvia se mojen. Igual con esa parábola no llego todavía a lo que quiero dar a entender por el mundo Beckett.

Tal vez me quedo corto porque para eso hay que hablar de las personalidades en Beckett. Todas las personas en ese mundo Beckett están esperando algo. Desde la obvia alusión a Godot, pasando por fin de partida y todos sus relatos. Están esperando algo, desde algún punto de vista yo creo que están esperando la historia. Y como esperan la historia hacen tiempo, hacen tiempo hablando sobre sus zapatos, sobre las piedras en sus zapatos, sobre como les gusta masturbarse o cosas así. Son personajes que están en ese mundo, lo toman por sentado, pero al mismo tiempo te lo describen. Pueden estar en ese árbol al costado del camino, en esa sala llena de bártulos donde esta el fin de partida, pueden estar en la sala oscura de Molloy o en el campo acampando buscando a Molloy, como en la segunda parte.

La segunda parte de la novela mencionada anteriormente se junta con la segunda novela Malone muere, ya que puede estar contada desde dentro de una caja. Malone muere, es una novela corta, pero larga en ideas y desfasares. Trata de tres historias, las cuales las cuenta la tercera. Pero las historias son sucesos y cosas que cuenta el narrador. Las personalidades en Beckett están como en otro mundo, siempre dicen más de lo que hacen; son ascéticas, están pero no están. Otra vez, uno sabe de lo que están hablando pero no entiende nunca para donde van.

Por ultimo, esta el lector de Beckett. Si uno lee a Beckett creo que hay que buscar una línea que se esconde bajo las palabras. Es muy difícil de dilucidar, pero hay que buscar algo te lleve desde el inicio hasta el final. Tal vez en Godot es la piedra en el zapato de Gigi o Gogo, no lo se; si mal no recuerdo al final de la obra se la puede sacar.
Otro aspecto de la obra de Samuel, es que las obras nunca terminan. Están suspendidas en ese tiempo, y siguen más allá de las páginas de la novela o la obra de teatro. Lo más fantástico de Esperando a Godot es que nunca termina; siempre esperaron y siempre esperaran. Tal vez en algún momento hayan empezado a esperar, pero lo que se sabe es que esperaran hasta el fin de los días. Las cosas (hechos, sucesos, personajes) en las obras nunca terminan, son hechos pasibles de futuro, además de pasado. Siempre leemos un presente, presente que pudo haber sido como ayer, o será como mañana. En Molloy y Malone muere, los sucesos contados terminan con difusa finiquitad. En Molloy los hechos no terminan. Moran nunca encuentra a Molloy, solo le dicen que deje de buscar y además el vuelve a como estaba al principio. De Molloy sabemos el principio no el final. Las cosas siguen pasando. En Malone muere, los sucesos siguen, las palabras siguen, aunque el personaje dice que se va a morir dentro de poco tiempo.

Pero esa palabra (La Parola) hay que leerla en términos de Beckett, el tiempo nunca pasa, y si pasa en vano, ya que nunca se llega al final, se llega a la muerte; tal vez se llegara al final con la muerte del autor y otra vez al análisis del tiempo.







(Texto del 10/05/2007, otra persona, otras ideas, otro mundo, hoy da mucha verguenza).

1 comentario:

Dayán Lorank dijo...

Solamente puedo decir que amo a Samuel Beckett, tuve que leer varias veces, pero es maravilloso.

Siempre nos da algo de que pensar y hablar.

Maravilloso blog*