lunes, 22 de febrero de 2010

Tragedia Rusa


En las tragedias antiguas los personajes transitaban un mundo teatral y dramático que en algún momento les deparaba una fatalidad casi siempre preparada por el destino, a veces hasta los dioses jugaban en sus tablas pero nada podían hacer contra las fuerzas del hado.

El género quedó trunco y a nosotros sólo nos quedan las muestras de algunos poetas trágicos griegos y latinos. Pero La Desdichada de Ivan Turgueniev tiene todo lo que una buena tragedia debería ofrecer. Tenemos historias de amor, de desengaño y pérdidas por todos lados. La mujer del título – Susana Ivanovna – tiene un destino trágico a la altura de las circunstancias.

El narrador nos da a conocer lo que la lleva a conocer a esta mujer y luego, esta mujer, se nos presenta – encantadora como sólo las mujeres de este autor ruso pueden ser – en sus propias palabras. Antes la historia de Susana era tangencial a lo que narraba la novela, nuestro protagonista la conoce en una cena a la que iba con su amigo a la casa de un profesor checo, Racht. La figura de Susana es la que acapara las miradas de los jóvenes, el narrador se da cuenta que su amigo está enamorado de ella, y él también ha caído en los encantos de esa mujer que se niega a tocar el piano para los invitados.

Las acciones se suceden y el destino trágico está agazapado a la vuelta de la esquina, todo está planeado de antemano. Este tiene todo el tiempo del mundo para terminar de cerrar sus garras y nada hay que pueda impedirlo. Un malentendido – siempre es bueno que lo haya, parece que al hado le encanta – pergeñado por el hermanastro de Susana, Víctor, hace que el amigo del narrador se aleje de Susana y con esto, ella pierde al único que la amaba en este momento. Ahí tenemos el primer movimiento del destino en el libro, aunque Susana estaba marcada por él desde hacía mucho tiempo, como nos enteramos cuando nuestro personaje narrador – Piotr Gavrilovich – lea el diario que Susana le entrega en confianza para intentar volver a traer a su amado a sus brazos.

En ese diario – el capítulo más largo de la nouvelle, el XVII, llamado: “Mi historia” – nos enteramos de todo el destino trágico de la protagonista de la novela. Todos los hombres que estuvieron alrededor de ella pecaron de alguna forma. Hubo miedo, mentiras y medias tintas; hubo falsedad, enojo y desprecio; hubo recelo, celos y venganza. Hasta que en un momento llega un príncipe y la rescata, pero eso sólo durará un momento, será lo que termine de preparar su final. Allí ella conocerá el amor, de hecho este será su amor verdadero. Y es el amor lo que la lleva al final. Porque cómo nos dice el narrador:


En la vida de las personas hay grandes misterios y el amor es uno de los más inaccesibles.

Ivan Turgueniev, La Desdichada. La compañía, Pág. 142.


Pero la vida sigue. Se enamora de nuevo, o más bien intenta emular el amor que tuvo antes, del amigo del narrador. Y sucede el momento en que todo se desplaza a la tragedia – antes era todo destino trágico – y allí ella ve el final. Sola, como su vida. Sola toma la dedición. Sola y despreciada, como toda su vida, salvo por unos pequeños momentos de amor pleno.

Sólo para que nadie la olvide está el libro, para que nadie la olvide el narrador cuenta la historia. Ya en su funeral, ella no es lo más importante y todos pierden el centro; ante la mirada perpleja del narrador. Los pecados de los demás personajes vuelven a asomar. El profesor checo ahora tiene toda su fortuna – pues claro, ella la tenía pero no la podía administrar – y todos la olvidan rápido. Hasta su último amante – con el que intentó reencontrar el amor – la olvida rápido, casi como si no la amara. Todos la olvidan, salvo el narrador de la historia. Pero sólo nos puede contar su tragedia y su vida trágica.

Una novela con ecos en el pecado, ecos en las tragedias antiguas y en lo doloroso que puede llegar a ser la vida para alguien tan hermosa como esta desdichada. Y la vida de ella fue una tragedia, como tantas veces pensamos que hubo miles de tragedias de este tipo en Rusia, con sus dolores, purgas, revoluciones y muertes.





Otros temas posibles:

  • El campesinado en Turgueniev (Padres e hijos y La Desdichada).
  • El amor en los ojos, según Susana Ivanovna.
  • Las mujeres de Turgueniev (Como las mujeres de Bioy Casares).

1 comentario:

Literaria dijo...

"En la vida de las personas hay grandes misterios y el amor es uno de los más inaccesibles."

Qué hermoso y trágico misterio.
Fuente y sed
Que sea por siempre inaccesible.
Me pregunto si no existiera si existiriamos..
Me encanta tu blog : )