martes, 5 de mayo de 2009

Paranoia y conspiraciones.


En la literatura del norteamericano Thomas Pynchon podemos encontrar las más variadas conspiraciones de todo tipo. Por ejemplo en "La Subasta del Lote 49" un histórico correo privado (Thurn and Taxis y Trystero) que luchan en la Norteamérica del sesenta contra el monopolio del correo público, con todo un pasado en la historia de la oligarquía europea, con revoluciones, escisiones y demás vicisitudes. De hecho, la empresa Thurn and Taxis realmente existió, y esta es otra caracteristica de la literatura de Pynchon, mezclar hechos reales con hechos ficcticios. O podemos encontrar un protagonista que no tiene muchas ganas de hacer su trabajo de inteligencia en la segunda guerra mundial (El Arco Iris de la Gravedad) y se encuentra con que caen las bombas V2 en la última parte de la guerra sobre Londres, donde él trabaja. De pequeño ese mismo muchacho había caído en un experimento con un científico pavloviano (sí, perros y todo eso) que trabaja en ciertos estudios relativos a la bomba para los nazis o aliados, y ademas con un plástico experimental. Entonces este personaje anda por los últimos días de la segunda guerra mundial dando vueltas por la Europa devastada buscando respuestas que no tiene muchas ganas de encontrar tampoco. O podemos encontrar ex-hippies que trabajaban para el gobierno de los EEUU (Vineland) y en los reajustes de la administración de Ronald Reagan pierde su trabajo, un agente del FBI, que era su ex-amante, va en contra de ella y la busca para no sé sabe qué. Todo esto siempre tamizado con hechos históricos comprobables, muchas partes donde se abandona la prosa y se pasa al verso (En canciones sea de Rock o el genero de la época) y mucha dosis de sexo.
Normalmente hay un personaje que es el que carga con el peso de la búsqueda propiamente dicha y se va encontrando con otros personajes, casi siempre muy estrafalarios, que le van dando claves, a veces hasta despistan en la trama, para llegar al final de libro (no así al final de la conspiración paranoide). Estos personajes muchas veces tienen un gran peso propio y podemos escuchar largos párrafos (o capítulos enteros) de sus soliloquios sobre lo que los ha llevado hasta ese lugar. Estos personajes van y vienen como entes independientes de la historia, aparecen de repente en el primer capitulo y pueden estar desaparecidos hasta el final de la novela, donde sin mucha explicación aparecen. En este momento recuerdo que en “El Arco Iris de la Gravedad” había un grupo de argentinos en Suiza que estaban en Europa intentando robar un submarino, eran anarquistas y citaban como su inspiración ciertos pasajes del Martín Fierro donde según ellos se demostraba el anarquismo en Hernández, mucho más que en Bakunin. Estos aparecen en una parte del segundo capitulo y vuelven a reaparecer casi al final sin mucha parsimonia ni explicación.
Porque así van las cosas en las novelas de Pynchon. Los personajes aparecen y desaparecen, casi como en una emulación de la conspiración que siguen. Las cosas no son siempre lo que parecen y los datos siempre se van desdoblando y apareciendo de golpe. Hay tanta información, como personajes, que muchas veces es muy difícil seguirle el ritmo.
Thomas Pynchon es uno de los dos autores norteamericanos actuales que se me vienen a la cabeza de los que se sabe poco y nada. El otro caso es J.D. Salinger, el otro huraño; pero de este se conocen fotografías y hasta en una época no era un recluso, además su estetica y narrativa, nada tienen que ver con el autor que nos atañe. De Pynchon-persona, se sabe poco y nada. Se dice que hizo el servicio militar en la Armada de los EEUU, que estudió en la Universidad de Cornell (Que es mencionada varias veces en su libro “La Subasta del Lote 49”), que en esa universidad asistió a cursos con el escritor Navokov, que a su vez dice no recordarlo de sus clases. Además también se dice que trabajo para la Boeing. Es casi como si Pynchon pudiera ser un personaje escondido de su propia novela.
Cuando este autor decide ser un ente anónimo, es como que está participando de su propia novela conspirativa. Sus fanáticos tienen foros donde discuten sus argumentos y sus próximas novelas y se pasan datos sobre él. Pynchon decidió el anonimato y así se puede decir que el ente Pynchon-persona ha dejado paso al ente Pynchon-personaje. Es como si asistiéramos a la búsqueda de este autor en una de sus novelas, nosotros vamos por la vida encontrando pistas sobre él (Sus libros), con sus dislates paranoicos y los medios nos van informando cada tanto sobre alguna que otra actividad profesional de él. Entonces todo lo que sabemos de este Pynchon-persona puede realmente que sea sólo una creación del Pynchon-autor; todo lo que nos dice sobre su persona realmente es el Pynchon- personaje.
Así tenemos que todo puede ser ficción, todo lo que sabemos sobre este autor (Persona-Personaje) puede ser que sea falso, no conocemos más que unas fotos de cuando estaba en la marina de las EEUU y además sólo escuchamos su voz en un par de capítulos de The Simpsons. Es casi como una fabricación de su Pynchon-personaje. ¿Por parte de quién? Tal vez por el mismo Pynchon-persona, o quizá (así me gusta pensarlo a mí) por el Pynchon-Personaje. Aunque siempre en terminos de Pynchon-Autor.
Nosotros tenemos los libros donde sus principales protagonistas van detrás de algún misterio-conspiración, siempre con toques de humor y sexo bizarro. Y qué tal si este es su útlimo misterio conspirativo, el verdadero yo de Pynchon.
¿Qué nos queda? Sus novelas. Son las pistas que nos va dejando, donde no debe haber nada sobre su persona en ellas. Él es otra novela, la no-escrita por él; pero en su reclusión, en su escape de la vida pública ha creado un mito mucho más grande que el de cualquier otro autor actual. Él es otra parte de su ficción y una tan interesante como sus novelas. Es otra parte de la conspiración o la paranoia, porqué acaso no tiene sentido que un autor que escribe novelas que se basan mayormente en conspiraciones, situaciones paranoicas, fantasía; no de la cara.
El Pynchon-persona no existe, el Pynchon-personaje se mezcla con el Pynchon-autor; pero no nos consta que realmente un Pynchon exista. Por más que tengamos en sus manos sus pesadas novelas (El Arco iris de la Gravedad y Mason & Dixon tienen más de mil paginas cada una) podemos llegar a decir que esta persona realmente existe. Y de ser así cuales son nuestras confirmaciones a eso.
Sólo sabemos que existe un Pynchon-Personaje (Que incluye al Pynchon-autor) pero más allá de eso, no sabemos realmente nada. Y ya que estamos en esta onda, y como Esto no lo dije yo, vamos a seguir siendo paranoicos:

Proverbio para paranoicos 3: Si ellos logran que hagas las preguntas equivocadas, no tienen que preocuparse por las respuestas.
Thomas Pynchon – El arco iris de la Gravedad.




Obra de Thomas Pynchon publicada:
· V. (V.) 1963. Novela.
· La Subasta del Lote 49. (The Crying of lot 49; Leído) 1966. Novela.
· El Arco Iris de la Gravedad. (Gravity´s Rainbow; Leído) 1973. Novela.
· Lento Aprendizaje. (Slow Learner). 1984. Cuentos Cortos.
· Vineland. (Vineland; Leído). 1990. Novela.
· Mason & Dixon. (Mason & Dixon). 1997. Novela.
· Contra el día. (Against the day). 2006. Novela.

2 comentarios:

l dijo...

Me pareció interesante en muchos aspectos.
Primero, el relevamiento de características de la narrativa de Pynchon que hiciste. Desde contenido a forma. A su vez, esas características en relación con la construcción de los personajes van solidificando tu punto de vista. "Es casi como si ", decís en un momento casi clave de tu texto, "Pynchon pudiera ser un personaje escondido en su propia novela."
Por otro lado, el detalle de los datos históricos verídicos contribuye, en cierta forma, a la creación de la atmósfera de paranoia y conspiración. El juego conceptual real/ficticio está de la mano de la conspiración, sin dudas.

Y, por último, el esquema de Pynchon persona/personaje/autor. (¿Acaso el x-persona no es siempre x-personaje por la creación del x-autor? Tal vez sí, autores ostra como Pynchon lo lleven a un punto más álgido, pero no creés que siempre funcione así?)

El cruce entre la paranoia, la conspiración, los datos históricos comprobables, y la no biografía del autor termina de cerrar tu lectura y le da solidez.

El proverbio es grandioso.
Y el final, con las obras publicadas, me pareció un plus acertado.

Buena lectura, Gastu.

g. dijo...

(...) acabaron logrando que me haya convertido por fin en un perfecto Pynchon, en el novelista que odia la fama, el escritor sin rostro que prefiere vivir en el anonimato, de modo que sólo sabemos de él que estudió ingeniería aeronáutica, que fue alumno de Nabokov en la Universidad de Cornell y que vive en su Nueva York, su ciudad natal.
pag. 293

Cuando se hace pasar y lo creen Pynchon (Pynchon & Pinchon):
(...) Y usted, creador de héroes paranoicos y gran prestidigitador del lenguaje (...)
pag. 321

(...) él acabó hablando de otra cosa, de mi «famoso tratamiento literario de la paranoia» y de mi no menos célebre y «nada equivocada sospecha-conciencia pynchoniana de que todo está conectado»
pag. 323.

Enrique Vila-Matas, Doctor Pasavento.