sábado, 14 de marzo de 2009

X- /Quimera realista/ -X

La literatura, siendo letras en un papel, ya es una abstracción. Y lo que cuenta, ya estando en el papel, siendo fantasía o pasado, ya es ficción. Los ribetes de la artificialidad literaria (Sea poesía, narración o ensayo) ya van creando algo nuevo, algo que no es sólo lo que pasó o lo que estoy imaginando. Así que podemos llegar a tener una abstracción ficticia escrita en un papel.
Muchas veces en los detalles del mundo creado, en esa narración, vemos lo que podemos llegar a analizar como una realidad. Hubo algunos escritores que se encuentran dentro del lugar del naturalismo o de la novela realista, que intentaban dar a sus escritos una aparente realidad, algunos de sus escritos parecen frisos más que novelas.
Más allá de surrealismos o dadaísmos, podemos llegar a mirar que los géneros siempre tienen una aparente “realidad”. Hasta la ciencia ficción trabaja con cosas de este mundo, desde que los objetos respetan ciertas realidades físicas hasta en actitudes y momentos. En muchos instantes podemos llegar a notar que los detalles son los que terminan delatando al mundo, a este mundo.
En los detalles narrados, esa silla otomana de madera recubierta con tela de seda roja realmente muy cara demasiado para el mobiliario de su hogar, parece que se termina viendo el ahínco de realidad que le quiera dar el autor. Hasta llegar a extremos donde la narración es simple un intento de dibujo del lugar donde está el personaje o la escena. Y siempre, llegado al punto, la realidad no existe.
La realidad en nuestra vida es algo que estuvo en debates (Genios Malignos aparte) y no podemos nunca poder decir que existe la novela realista. Para llegar algún escrito a tener realidad, no debería ser escrito.
Para narrar esa silla tendríamos que narrar la historia de la silla, la vida de la silla; tendríamos que mostrar lo más cercano a la silla en palabras, con sus colores, sus manchas, sus errores, sus defectos y un montón de cosas más que no se me ocurren. Además estamos usando el termino silla, que ya es una abstracción. Porque al decir silla, tenemos el concepto de silla en la mente (¿Principio de Especialización Estructural de la silla?), ahí ya tenemos una primera deconstrucción, luego todo lo especifico de esa silla.
Desde que llegamos a ver que la literatura (Como toda obra de arte) es una abstracción de la realidad, ir a buscar “realidad” en lo que se escribe es una quimera. Es un intento absurdo de dotar a ese objeto artístico en algo que no debe ni puede poseer. Los detalles de los detalles serían totalmente necesarios para crear una realidad, la rugosidad de la madera de la silla otomana, el olor que emana de ella, lo que se ve: todos sentidos que la literatura nunca tuvo ni tendrá.
Albert Camus se reía de aquellos que buscaban la realidad en la literatura. La búsqueda les terminará siendo infinita, intentando crear la novela eterna, la novela que no termina. Porque la realidad es inabarcable desde el punto de vista literario (o artístico). Todos los ejes temporales deberían ser abordados. Todos los detalles tendrían que ser narrados y descriptos en su más mínima versión. La novela no tendría ni un fin ni un inicio. Un intento fútil y absurdo.
Esa búsqueda sería un eterno devenir sin posibilidad de final. Una búsqueda de cambiar una abstracción por algo sólido, cambiar una idea por un algo. Llegando al punto en que ya las letras que leemos se deberían mezclar con lo que vemos, olemos, sentimos, terminar viviendo en eso todo el tiempo.
Esto no lo dije yo, lo dijo él:

La novela realista engaña lastimosamente, abstrae los hechos y deja el campo lleno de vacíos; les da una continuidad imposible porque lo verídico, lo que se calla, no interesaría a nadie (…) Lo único honrado sería decir: estas son fantasías más o menos doradas para que puedas tragártelas con comodidad
Pablo Palacio – Débora.

Y tiene razón Palacio. En la novela quedan infinitos vacíos, esos agujeros de creación necesarios por lo resumido que es la novela. Pero en la realidad no hay vacíos, las cosas pasan por detrás, siguen estando. No podemos creer generar una realidad cuando lo que nosotros vemos no es la total realidad. Es un engaño, una mentira, una patraña. Leer realidades sería imposible. La ficción de lo escrito, de lo recordado e imaginado, ya es gigante para pensar que puede haber ahí un dejo de realidad.
Nunca confundir este pensamiento con que la literatura, en última instancia, siempre dice realidades. Pero nunca es realista. Puede hablar sobre realidades, abstrayéndose de ella. Siendo letras, siendo palabras, nunca puede llegar a ser real. Siendo abstracción, desde la definición de eso, no puede llegar nunca ser real.
Y por lo mismo, hablar de arte abstracto, es un oxímoron.
Y tal vez, Saer genera un buen cuadro en el siguiente extracto. Por supuesto que esto no lo dije yo, tampoco podría decirlo como lo dice él:

ARTE Y REALIDAD PARA BUENO PADRE:
Los pintores de la ciudad contaban de él que una vez pintó su propio jardín, en el que había canteros, bancos y un sauce y que después de haber estudiado el cuadro durante algunas semanas, porque había algo que no terminaba de convencerlo, decidió cambiar el color de uno de los bancos – de verde, como estaba pintando en el jardín y como él lo había reproducido en el cuadro, lo transformó en ocre, pero como había algo que no lo convencía del todo todavía cuando comparaba el cuadro con el jardín, un domingo a la mañana salió con un tarro de pintara al jardín y pintó el banco de ocre. Según los pintores –fuente, a decir verdad, de lo mas sospechosa- si los bancos pintados de ocre no le disgustaba. El cuadro no le parecía terminado todavía y después de estudiar con minucia, de sopesar día y noche cada un de sus detalles, llegó a la conclusión de que el sauce, que aparecía en el centro del cuadro, ocupaba demasiado lugar, aplastando el resto y creando una simetría artificial entre las dos mitades de la tela; de modo que después de muchas cavilaciones decidió que había que borrar el árbol y dejar en su lugar el cielo abierto y un horizonte de vegetación en el fondo; se puso manos a la obra y por fin, según los pintores, se sintió realmente satisfecho, así que al día siguiente se despertó con la convicción íntima de que el cuadro estaba terminado, y sin la menor vacilación salió al jardín y arrancó el árbol.
Juan José Saer - Lo Imborrable.

Por si no se entendió lo digo de nuevo. No creo que exista la realidad en la literatura. Tampoco lo creo en la pintura (allí es más fácil de llegar verlo. Antes se buscaba la perfección, se buscaba el canon y ahora, al tener fotografías, buscamos la más absoluta abstracción).
Ahora, nadie me diga que Saer es una autor realista. El detalle en su prosa, la descripción es un intento de morosidad del tiempo. Pero eso es otro tema y lo podrán encontrar en mi próximo libro: “La zona de Saer” (Próximo a escribirse, editarse, comprarse y todo...).

8 comentarios:

g. dijo...

Todavía no me gusta como está expuesto.

Lucina dijo...

Un análisis interesante de cierta literatura.
Comparto la idea, la escritura introduce algo de la dimensión del engaño, es lo que hace atractivo al lector.

(A mi si me ha gustado como esta expuesto..)
Un beso Gastón

Eclipse dijo...

a mí me gusta cómo está expuesto, ya te dije el otro día, que demuestra mi teoría de la vagancia y falta de corrección exhaustiva de tus narraciones.
La crítica te queda bien y de más está decir que las cosas que produce esa cabecita son interesantísimas, dignas de lectura, reflexión y para tener en cuenta. No son pavadas que el ocio permite colgar en un blog porque es gratis y nadie pregunta nada.
Me dan ganas de sacar esto a alguna otra parte.
Si fueramos tan diferentes nosotros dos! si nos quisiéramos un poco más!

Luna dijo...

Me gustó que interpretaras como un oxímoron al arte abstracto. No lo había pensado, pero creo que es exacto.

Y la cita de Saer es excelente. Resume lo que intentás explicar de manera muy clara.

Allek dijo...

pedazo de blog.. muy interesante..
un fuerte abrazo!

Literaria dijo...

Pensando en lo que he ido leyendo ( hermosa forma de narrar , teoria hecha literatura o literatura hecha teoria o un poco de realidad en la ficción ...o ..)
me acordé de una frase que dijo un dia Menendez en clase de lingüística: "el punto de vista crea al objeto".
La "realidad" ES (uauu..) simultánea,multiple,interdisciplinaria,multiespacial y especial..

¿Es el agua un líquido incoloro , insipido e inoloro(?)o ¿es el agua el espejo de sus poemas ?o ¿es el agua la fuente de mi sangre?

realmenteliteral

salut y mucha literatura para ser más realistas

nochesdesvelada dijo...

buen blog!

Julia dijo...

A mi también me gusta cómo está expuesto!

Y comparto, comparto, comparto. Pero me tomo la libertad de hacer algunas aclaraciones:

*El arte de por sí NO es la reproducción de la realidad (estoy hablando en términos generales). La diferencia entre una silla y una escultura de una silla hecha con madera como si verdaderamente se tratara de la silla del comedor de tu casa, por ejemplo, es que la "escultura" de esa silla es la reproducción de UNA realidad particular del concepto de silla ,es decir la visión de la silla de ese determinado autor (hay miles de maneras de refutar esta afirmacion pero ´son refutaciones que se vuelven circulo viciosos y de cualquier manera ya aclaré que estoy hablando en términos generales. Dejemos de lado el mingitorio de Duchamp de lado porque puede ser muy bien un ejemplo y contraejemplo de lo que afirmo). a veces el factor de la intencionalidad del arte juega un papel mas importante que el de la materialidad.Abro el debate!

* Los movimientos como el realismo o el naturalismo tenían una intención de reflejar la realidad tal cual es (creo que era Zolá- pero puede que esté inventando porque la verdad no me acuerdo- uno de los autores que se había leido entero un libro de biología, o de plantas o de no se qué porque en uno de sus libros hacía refencia creo que a la botánica... bueno ,como verás mi ejemplo es patético, pero la idea general creo que se entiende: los autores se han llegado a instruir cuasicietificamente para poder plasmar con "exactitud" esos elementos en sus obras)pero una vez más,como se trata de arte siempre vamos a estar hablando de una construcción de una realidad tamizada por un autor, o sea, es una falsa -si se quiere- idea de realidad. Sin embargo, y aqui supongo que disiento levemente con tu postulación, creo que, si bien la intención inicial del movimiento está relacionada con esta falsa idea de documentar la realidad de manera objetiva -cosa que en el arte de por sí la objetividad no existe-, podemos tenera en cuenta en un sistema saussureano de diferencias, donde el valor de esta obra se destacaría por no ser representativa de otro movimiento. Así, tomaríamos en realismo, con sus marcadas características, como opuesto al romanticismo, al dadismo, al clasicismo, al expresionismo, y -como diría Cortázar- a todos los otros ismos habidos y por haber. De cualquier modo, pretensiones de objetividad, las hubo. Y eso es lo refutable (creo que Foucault de hecho en vez de hablar de historia habla de discurso histórico, por razones similares a estas...)

*Tendemos a olvidar que toda literatura es ficción, entendiedo la ficción justamente como algo no-real, en el sentido de que no existe, es inventado, es artificio, mas allá de que se nutra en mayor -realismo- o menor medida-no sé, cualquier género fantástico- la realidad tal cual la conocemos -que, una vez más y he aqui lo vicioso, la conocemos subjetivamente cada uno de nosotros-.


*Captar en serio tu silla otomana, sería ser Funes el Memorioso, o tener el Aleph (estoy releyendo a mi amado Borges...). Además de imposible, en cierto modo inútil (por lo menos en lo que a ser Funes respecta...).


*Y ... creo que nada más.

¡ Comentarios hechos de contrabando como este son los peligros de pasar por este blog!

Me despido espreando no haberle quemado demasiado el cerebro a nadie, con la certeza de que vendrá alguien a refutar todo lo dicho, cosa que me parece perfecto...

Saludete a lo rolete, un gustazo pasar por aca!