miércoles, 16 de febrero de 2011

Ficciones.


Así como debe haber gente que piensa que Pinkerton es sólo un invento literario, cuando yo era chico pensaba que Sherlock Holmes era una persona de carne y hueso, constante y sonante. No tenía la más mínima idea que era sólo un personaje de ficción, de cuentos y novelas. Creo, aunque no estoy tan seguro de eso, que mucha gente también tuvo el mismo pensamiento. A mí me duró bastante tiempo y, aunque leía los cuentos, yo pensaba que había existido.

Pero qué es lo que separa a Sherlock Holmes, como personaje literario, de un San Martín, como personaje histórico. Tal vez se puede llegar a decir que uno es figura de cuentos y novelas de un mismo autor, y, el otro, aunque puede ser parte de algunos cuentos y novelas, es tratado principalmente por libros de historia. Pero también habría que ver cuál es la diferencia entre los libros de historia y la literatura. Tal vez sólo sea el (aparente) estudio que hay detrás de unos y de otros.

Así es como mucha gente cree que Sherlock Holmes existió y que Sir Arthur Conan Doyle fue, digamos, su biógrafo. -Aquí también entraría a terciar la biografía como genero literario y qué tan real es algo que se cuenta por escrito. Ya que la biografía tiene el mismo carácter de una ficción.- Esa gente podría ir armando en base a analogías, fuentes históricas y demás, una biografía de la vida del personaje. Tal vez, quizá sin saber lo literario de Holmes, podría ir al lugar donde vivió que, hoy por hoy hasta existe el 221b Baker Street en la ciudad de Londres.

En El Péndulo de Foucault de Umberto Eco los personajes principales crean un Plan de ficción, porque en algún punto creen que pueden armar algo mejor que los que les traen todos los escritores de esos libros entre conspirativos, templarios y esotericos. Toman hechos históricos, conocidos, descriptos por los escritores de esos libros, y van atando los cordones de una gran historia oculta. Creando lo que ellos llaman “El Plan”. Esto no es más que un gran invento, una gran ficción con la que los personajes principales se entretienen durante casi toda la novela.

Y aquí entra el problema de Sherlock Holmes. Siendo “El Plan” algo que es simplemente una ficción elaborada en base de hechos análogos y casi aleatorios puede llegar a haber gente que lo crea, como hay gente que cree (Como yo, de chico) que Sherlock Holmes realmente existió. En algún punto la ficción puede dejar de serlo y de eso se dan cuenta los personajes que crean “El Plan”.

Creo que esto es lo más interesante de la novela, la pugna entre la ficción y la realidad. El cómo algo que es claramente una ficción, ya que son hechos históricos tomados por los personajes de la novela (Causabon, Belpo y Diotavelli) para responder a un manuscrito –que ni siquiera es el original, sino la copia de otro- que les había llegado por uno de esos esotéricos que creen en misterios, complots e historias secretas.

Porque dónde está el límite entre estos dos conceptos (Que no son contarios, sino complementarios, las ficciones son reales y la realidad es una ficción), ya que si se cree en la ficción, esta pasa a ser una verdad, y como verdad es realidad.

Si creemos que Sherlock Holmes fue un personaje histórico, podemos llegar a encontrar, buscando entre diarios de la época y momentos históricos, datos que nos ayuden a comprobar esa teoría. Además va a haber mucha gente que va a dar crédito a todos nuestros descubrimientos.

Por supuesto que el ejemplo del gran detective es algo tosco, pero eso se puede llevar a otros casos. Mucha gente luego de leer la novela El Código Da Vince se convenció de las cosas que dice esa ficción y la empezaron a tratar como algo que describía de manera novelada la realidad de lo que le había pasado a María Magdalena y el secreto de los Templarios. Hay otras personas que aprovecharon a esas otras personas, y crearon recorridos turísticos que los llevan a París y a esa iglesia en escocia.

En la novela de Eco hay muchos personajes como estos, que creen, y son los que terminan generando que la ficción deje de ser tomada como tal, son los que terminan dándole un aura de verdadero al Plan que crearon los tres personajes. Y es algo que van a querer saber sin importar los riesgos que haya que correr. En ese momento, que son las últimas 100 páginas de la novela (que consta de 820 en al edición DeBolsillo), se torna en algo más del estilo de las novelas de aventuras donde los personajes corren por su vida por algo que conocen, creen conocer o quieren descubrir. Aunque no hay otra respuesta fantástica al final de las páginas como las hay en las otras. El misterio del Plan no es revelado, no se encuentra el mapa que lleva al tesoro.

“El Plan” termina siendo algo verdadero, pero no porque lo sea, sino porque ciertos personajes creen que lo es. Tal vez ese es el límite entre la ficción y la realidad.



Conclusión, nosotros inventamos un Plan inexistente y Ellos, no sólo se lo tomaron en serio, sino que también se convencieron de que hacía mucho tiempo que formaban parte de él, o sea que tomaron los fragmento de sus proyectos, desordenados y confusos, como momentos de nuestros Plan, estructurado conforme a una irrefutable lógica de la analogía, de la apariencia, de la sospecha.

Pero si se inventa un plan y los otros lo realizan, es como si el Plan existiese, más aún, ya existe.

Umberto Eco, El Péndulo de Foucault, Mexico, Ed. DeBolsillo, 2010, p. 792

2 comentarios:

Anónimo dijo...

BAKER Sreet!

g. dijo...

Ups. Sí.
Gracias.