lunes, 22 de junio de 2009

Los nombres del mundo: "La enumeración, si quiera parcial, de un conjunto infinito."

"Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?"
Jorge Luis Borges - "El Aleph"

¿Cómo no decir algo acerca de la necesidad y el arte de decir?
Hoy quiero no decir acerca de esto.
Porque el lenguaje y la capacidad de expresarnos a tal vez de él nos lleva a pensarlo y repensarlo para intentar, mínimamente, entender su funcionamiento. Decir para conocer o decir por conocer son las dos posturas más relevantes. Decir y hacer y conocer al mismo momento es la postura más filosófica que une el hacer con el decir, homologando el decir a otros actos de comportamiento.

A lo largo del Cancionero y de toda su poética, Miguel de Unamuno retoma recurrentemente el tema de la nominalización del mundo para así crearlo y recrearlo.
Recrearlo en dos sentidos, como mínimo: volver a crear aquello que se nombra, con el sólo movimiento de nombrarlo; y recrearlo, hacerlo jugar, distenderlo, poner en tablero la realidad del mundo: nombres y nombres que se suceden y que son ¿la esencia? ¿la sustancia? ¿la materialidad? de la cosa.

394

Pretendes desentrañar
las cosas? pues desentraña
las palabras, que el nombrar
es del existir la entraña.
Hemos construído el sueño
del mundo, la creación,
con dichos; sea tu empeño
rehacer la construcción.
Si aciertas a Dios a darle
su nombre propio, le harás
Dios de veras, y al crearle
tú mismo te crearás.
La lección te pongo en verso
por sujetar su osamenta,
que el hueso del universo
sobre compás se sustenta.
Miguel de Unamuno - Cancionero. Diario Poético.

Shakespeare, por su parte, lo dice en la voz de Julieta, en su obra más conocida:

What' s Montague? It is nor hand, nor foot,
nor arm, nor face, nor any other part
belonging to a man. O, be some other name!
What's in a name? that which we call a rose,
by any other name would smell as sweet;
Romeo and Juliet - Act II, Scene II

Y Platón lo expone en su diálogo Crátilo en el que se discute acerca del lenguaje natural y las etimologías. Allí, Crátilo defiende al lenguaje natural, mientras que Hermógenes se sitúa en la posición de que los nombres son convenciones sociales y que, el cambio de nombre no cambiaría las cualidades del objeto (Oh, Julieta, Oh, Julieta).

En la literatura moderna hubo un momento de clara profusión de la enumeración caótica como forma de descubrimiento de un nuevo mundo en constante movimiento. La enumeración nos permite ver el mundo y contarlo. La enumeración caótica nos permite hacerlo cuando lo que descubrimos nos supera. ¿Cómo simultaneizar en el discurso, tan consecutivo, aquellos que se nos aparece en un mismo instante?
En "El Aleph" podemos encontrar una enumeración significativa: ¿cómo contar lo que muestra un punto infinito en un sótano de Buenos Aires?

"Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo."
Jorge Luis Borges - "El Aleph"

Entonces, queda en nosotros, que no decimos esto, pensar acerca de la importancia y el alcance del lenguaje y sus usos. El lenguaje se debate entre ser solamente un medio de comunicación, o ser también un modo de conocimiento y descubrimiento.
El problema está en cómo nombrar lo que no conocemos o cómo conocer lo que no nombramos.
El resto es mero ejercicio.


6 comentarios:

g. dijo...

¡Bienvenida de vuelta! (Ahora me toca a mí decirlo).

Hemos construído el sueño
del mundo, la creación,
con dichos; sea tu empeño
rehacer la construcción.


What's in a name? that which we call a rose,

Los colores en cierto punto son un gran tema para está forma. Por qué se llama así el color tal.
El lenguaje, quizá, ha nacido para poder darnos a entendernos entre nos. Pero hoy el lenguaje tiene que ser entendido como una fuerza que nos alimenta el intelecto y que no hay que perder.

Ahora pienso en la proto-lengua que intentaban crear en 1984; el concepto era algo así: para qué tener tantas palabras, que alientan a pensar. Tenemos la palabra Vida, para qué se necesita la palabra muerte; neguemos la vida, y digamos No-Vida, con eso tenemos la muerte; y muchas menos palabras.
Querían llegar a un idioma con casi nada de palabras, y con eso la gente iba a pensar menos.

De 1984 se cumplieron muchas cosas, intentemos no cumplir esa; por eso, intentemos nutrir el idioma de palabras. Juguemos con ellas y demosle uso.
La palabra poetica nunca es igual a la que usamos nosotros; ahí se da la creación de significado desde el juego fonetico.

Hasta acá llegué yo hoy.
Lindo tema.
Hermoso texto.
Hermosamente citado.

Besos, muchos; sí.

Eclipse dijo...

Genialísimo!! bravo! tema interesante, si los hay.
casi ni me atrevo a comentar sobre el texto, no me siento muy apta.
pero a cambio, dejo algo que se me vino a la mente. ayer un poeta amigo me regaló su libro. hermoso, hay que verlo y leerlo. al leer esto se me vinieron a la mente unos versos que leí hoy:

"Dios llama a las cosas no por su nombre,
lo que no es ninguna garantía.
Lo que acá es pecado Arriba es lo contrario."

Claudio Burguez - Finlandia


eso tampoco lo dije yo, por alguna razón la entrada me lo sugirió y me gustó para quedar pensándolo, como la invitación de Lauri al final.

lo que decimos a veces parece tener un poder tal... a mí me ha pasado que con ciertas personas evito nombrar hechos, cosas o ciertos nombres, como si nombrarlos fuera a revivirlos o hacer realidad lo que no queremos que suceda.
también se me viene a la mente la preocupación de Foucault por criticar al psicoanálisis en el empleo del lenguaje como "solución" en términos de visibilidad. hacer visible no siempre sana, no siempre soluciona. el lenguaje no es siempre lo más justo. pero que es hermoso es hermoso, y es fantástico en su capacidad de entramar convenciones y significados intrínsecos de las cosas.

última cosa: más allá de todo, importándome muy poco estar en lo cierto o no, para mí hay ciertas palabras que no podrían ser otras... ciertas cosas cuyos nombres tienen una relación (para mí) evidente con su denominante, más que nada por su sonido... en fin, caprichos.

Lucina dijo...

A veces se nombran o nominan ciertas cosas, que dan lugar aun "etiquetado".
El lenguaje, la palabra y la Escucha es la herramienta fundamental para comunicarnos y conocernos, demosle lugar a esto.

Una entrada brillante,
y las citas, excelentes.

Un beso

Literaria dijo...

¡Qué tema atrapante!
Un placer que me abre preguntas
No sé si todo lo que nombramos lo conocemos. Si creo que creamos al nombrar una forma de acercarse.
Las palabras son tan ductiles y tan de todos y tan de cada uno..que no creo que conozcamos sino que traducimos permanentemente sensaciones, emociones, ideas,imagenes.
Personalmente siento que la mejor palabra es la que muestra una imagen.Por ejemplo cuando queremos contar sensaciones, romper la sintaxis y las reglas gramáticales son una buena forma de contar lo que no se ve o desconoce.
Para la muestra un botón:

“Si quiero decir que existo diré: “Soy”.Si quiero decir existo como alma separada, diré “Soy yo“. Pero si quiero decir que existo como entidad que a si misma se dirige y se forma, que ejerce sobre sí misma la función divina de crearse, ¿cómo habré de emplear el verbo ser, si no es convirtiéndolo súbitamente en transitivo? Y entonces, triunfalmente diré “Me soy”. Habré enunciado una filosofía en dos palabras pequeñas.¿ No es preferible esto a no decir nada en cuarenta frases? ¿Qué más se puede exigir de la filosofía y la dicción?” Pág 116F85

El libro del desasosiego de Bernardo Soares. Según Pesoa un semi-heterónimo suyo.

Saludos

g. dijo...

(...) mientras comía un plato de espaguetis, me fijé en una olla de la cocina y me dio por pensar en que no estaba tan claro que tuviera que llamarse de esa forma, olla. Fue raro. Cuanto más la miraba, más me parecía que, si algún día con mi lápiz tenía que escribir sobre ella en este cuaderno, no iba a poder decir que era una olla. Se parecía a una olla, casi era una olla, pero no se trataba de una olla de la que uno pudiera decir olla, olla, y quedar satisfecho.

Enrique Vila-Matas, Doctor Pasavento.

Unknown dijo...

Ah que se refiere con la frase al hueso del universo sobre compas se sustenta?